Un DRISTI consiste en mantener la dirección de la mirada quieta en la práctica de asanas (posturas de Yoga). La mirada debe ser suave, manteniendo los músculos que en ella intervienen relajados. Para que ello suceda se debe prestar atención a los músculos que intervienen en la asana sosteniendo la postura para así no tensionar otros que no son necesarios.
En la práctica de Ashtnaga Yoga, los dristis tienen gran relevancia ya que cada asana posee uno propio. En la práctica de Hatha Yoga, la mirada interviene por ejemplo en las asanas de equilibrio, en las que es necesario sostener la mirada en un punto que puede ser en el suelo o en el horizonte para buscar calmar la mente y concentrarnos en la respiración para mantener el equilibrio.
Las nueve direcciones de la mirada se llaman NAVA DRISTI y son:
(1) NASAGRAI: punta de la nariz
(2) BROOMADHYA: entrecejo.
(3) NABI CHAKRA: la panza o el ombligo.
(4) HASTAGRAI: la palma de la mano.
(5) PADHAYORAGRAI: los pies.
(6 &7) PARSVA: hacia la derecha o hacia la izquierda.
(8) ANGUSTA MA DYAI: los pulgares.
(9) URDHVA: hacia arriba.
Lo dicho alude a la proyección de la mirada. Ese mismo ejercicio de focalizar totalmente la mirada en un punto es lo que nos conecta con lo que podemos denominar la mirada interna o hacia adentro. Esta mirada es la que se dirige a la posición del cuerpo, a las zonas de tensión, a los puntos que hay que relajar, a la respiración, a los pensamientos.
La concentración de la mirada en un punto ayuda a aquietar la mente y despejarla de pensamientos. Además al utilización de los dristis favorece una práctica centrada en el presente, atenta y consciente del cuerpo y de la mente.
Para el Yoga, a través de los dristis purificamos la mente y es la forma que nos conduce al estado de meditación.
FUENTE
Alejandro Chiarella. ASHTANGA VINYASA, Yoga dinámico. Método y claves para el desarrollo de una práctica individual.
Lino Miele. ASHTANGA YOGA. El Yoga de respiración.