“El prana es para el Yoga, lo que la electricidad es para nuestra civilización.” dice André Van Lysebeth en su libro PRANAYAMA. Y sí, el prana es la fuerza vital. El prana nos rodea, nos penetra, está entre nosotros: está en lo que vemos, olemos, palpamos y en muchas de las cosas que comemos.
Pero, ¿de dónde obtenemos nosotros el prana o energía vital? En mi post sobre ¿Qué es el prana? expliqué que una de las fuentes de obtención del prana, una de las más importantes, es el aire que respiramos; sin embargo existen otras formas de obtención del prana y te lo cuento en este post.
El prana se absorbe por medio de la respiración, de los alimentos que ingerimos y de nuestro cuerpo, a través de órganos especializados para ello. Esos órganos son los siguientes (i) las fosas nasales; (ii) los pulmones; (iii) la lengua; (iiii) la piel.
Está claro que el aire es uno de los alimentos esenciales para nuestro cuerpo, si dejamos de respirar, dejamos de existir.
Está claro que el aire es uno de los alimentos esenciales para nuestro cuerpo, si dejamos de respirar, dejamos de existir. Eso nos lleva al punto (i) Las fosas nasales, tienen infinidad de terminales nerviosas y es por ello que generalmente somos tan sensibles a los olores (tanto los agradables como aquellos que no los son). Esto la convierte en el principal receptor de prana.
Además la nariz posee una función de suma importancia en la respiración y es el acondicionamiento del aire: limpia las partículas de polvo, lo calienta y lo humedece para ingresar a nuestro cuerpo.
- Una caminata al aire libre, respirando conscientemente, es una forma de incorporar el prana, que todos podemos realizar.
(ii) Los pulmones, por su parte, son el órgano extractor de oxigeno y pasaje a la sangre, de vital importancia para vivir.
- Por ello, cuanto más aire incorporemos, más oxígeno podrán llevar los pulmones a nuestra sangre.
Por otro lado, ¿Cuántas veces escuchamos la expresión “somos lo que comemos”? Seguramente muchas. Y es verdad que nuestro organismo se nutre de la materia que ingresa. En este caso, es (iii) la lengua la encargada de absorber el prana. El prana está directamente relacionado con el gusto en los alimentos: el sabor es un indicador de la presencia de prana. De ahí que haya que masticar bien los alimentos hasta extraer todo el prana de los mismos y recién ahí enviarlos al estómago para el proceso digestivo.
- Tener en cuenta los alimentos que comemos y la forma en que lo hacemos y saborear la comida son otras formas de incorporar prana.
Finalmente, encontramos que la piel es otro órgano de extracción del prana. La piel es uno de los órganos más extensos de nuestro cuerpo y nuestro contacto con el mundo exterior. A través de la piel absorbemos prana, mediante el contacto con el aire vibrante de energía o con la exposición a la energía solar. Asimismo, la piel es un medio de expulsión de toxinas.
- Exponer, con las precauciones necesarias, la piel al sol, y al aire libre, puede ser otra forma sencilla de incrementar nuestro prana.
Por último, Van Lysebeth en libro más arriba mencionado, titula un apartado: EL PRANA OBEDECE AL PENSAMIENTO… Qué quiere decir con esto? Bueno, claramente destaca la función del pensamiento en la absorción del prana. “El pensamiento concentrado permite absorber una mayor cantidad de prana” dice. Cuando concientizamos la respiración lo que hacemos es focalizarnos en ello, en la absorción de prana. Por eso muchas veces luego de hacer nuestra práctica de pranayamas nos sentimos mucho más enérgicos.
- Mediante los pranayamas, el Yoga busca intensificar y controlar la absorción del prana CONSCIENTEMENTE. Meditar para tomar consciencia de nuestros hábitos y despejar nuestra mente de pensamientos y emociones que no nos hagan bien.
Concinetizar la absorción del prana es una forma de incrementarlo.Fuente: André Van lysebeth. PRANAYAMA, A la serenidad por el Yoga. 1985. Ediciones Urano S.A. Barcelona. España.