Hoy te propongo un nuevo ejercicio de meditación: escuchar a tu corazón. Si bien siempre meditamos para conectarnos con nuestro corazón, con nuestro Ser o esencia, en este ejercicio va a ser él quien guíe la meditación.
Papa empezar podés hacer unos saludos al sol o un par de asanas (posturas de yoga) que te gusten y resulten agradables. Esto te va a permitir desconectare un poco del mundo exterior y comenzar a conectarte con tu interior.
Entonces, sentate en una postura de meditación que te sea cómoda, vajrasana (diamante), piernas cruzadas, padmasana (loto) y comenzá a trabajar tu respiración rítmica (leé de qué se trata esta respiración en este link).
Ahora colocá las manos sobre a la altura del corazón sobre el esternón. Cerrá los ojos y dejá que tus manos entren en contacto con el movimiento de los pulmones y con él, todo el aparato respiratorio. Ahora escuchá y sentí los latidos de tu corazón. Y quedate en este estado de paz, tratando, al menos por un momento, de disfrutar solamente.
Si esta vez no podés meditar, no preocupes, disfrutá de este estado de paz y quietud tratando de concentrarte en tu respiración y en el corazón y dejando que los pensamientos pasen, no te detengas en ninguno de ellos.
Cuando termines tu práctica, no te olvides de agradecer! Generalmente lo hacemos en forma interna. Puede ser también con el mantra OM, repitiéndolo tres veces, correspondientes cada una de ellas al cuerpo, a la mente y al espíritu. O también con las manos en plegaria y una reverencia hacia adelante.
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